Son las 1 am del miércoles 3 de mayo - jueves 4 de mayo acá en Estambul- temprano en la mañana hablé con Servet, mi amigo, explicándole que necesitaba un lugar cómodo de madrugada para dar una clase online -el cierre del evento "Manifiesta tus finanzas soñadas" con mi socia Ximena Cofré-
Me dijo que obvio, que puedo usarlo gratis y que hable con Rauf.
Acabo de levantarme - me estoy alojando en otro hotel por error, porque el dueño de mi airbnb olvidó bloquear el depto en la app y me tuvo que pasar una habitación de hotel- y venir. En el camino me compro un agua y una bebida de semillas de albahaca. Apenas tengo sueño porque mi otro amigo -no turco, sirio, hago la salvedad porque le encanta ser sirio- me regaló una bebida energética típica de acá mejor que cualquiera de las que tenemos en Chile.
Me abre Rauf, sabiendo que no estoy alojada en el hotel.
Me dice "Servet no me dijo nada, pero no te preocupes, te recuerdo" con una sonrisa en la cara.
Continúa con una sonrisa aún mas grande diciéndome, pero está todo bien?
Pregunta plausible. Luzco latina por todas partes, con un enorme bolso al hombro.
Si claro que sí! es solo que debo dar una clase en un par de horas más y necesito hacer un poco de bulla y en el hotel donde estoy las habitaciones no son insonorizadas.
Me enciende la luz del restaurant, ambientado en medio de patrimonio nacional turco: las ruinas de una antigua cisterna bizantina.
No conforme con ello, vuelve al ratito y me pregunta si quiero algo de comer o tomar.
Gratis, por supuesto.
Yo ya sé que acá es mal visto no recibir un ofrecimiento así que le digo que sí, que café turco, sin azúcar por favor.
No solo me trae el café. Me trae también un vaso de agua y delicias turcas.
Así me tratan en este país increíble y así me han tratado siempre. Al menos los hombres. No he tenido la suerte de conocer amigas turcas, pero ya la tendré.
Estoy absolutamente segura que esta escena - yo pidiendo una locación gratis en un hotel 4 estrellas de un amigo en el que ni siquiera estoy hospedada, donde me dan internet, luz, espacio y hasta comida- no se repetiría en otro país.
Lo sé porque he pisado muchos países y he pasado mucho tiempo en otros.
Y se los quería contar porque es como de ciencia ficción, pero existe y está pasando. Por lejos, los hombres más hospitalarios, tiernos -y guapos, hay que decirlo- están en Turquía.
(Y vienen de todas partes, a veces de siria también)
Gracias infinitas universo creador. Que Dios siga bendiciendo esta tierra en abundancia
Tammy
Comentarios: 7
Totalmente de acuerdo Tammy, en los 2 viajes que he realizado a ese maravilloso país, lo he podido vivir y te hacen sentir muy bien. Además de lo precioso que es el país, la hospitalidad de las personas es increíble.
Me encanta!!, Además, cómo escribe la Tammy parece que fuera una novela de una viajera y ya quiero leer másss
Que motivante leer tus escritos, de la lectura se desprende que el Universo siempre conspira a nuestro favor, qué solo debemos soltar el control y todo absolutamente todo fluye con gracia y facilidad cuando somos capaces de confiar en nuestro potencial infinito. Gracias Universo por haberte puesto en mi camino Tammy, gracias por tus enseñanzas y gracias también porque ya me veo contigo en Estambul conociendo a tus amigos Turcos y Sirios y sintiéndome como una Queen!!! jajjajja
Que agrado recibir esa amabilidad en el extranjero, hace enamorarse de los lugares y las personas, un placer y agradecer al universo por esas experiencias
Que gran experiencia querida Tammy
Ame relato y que ganas de viajar y seguir tus pasos